Se ha observado que las terapias focalizadas en el cambio hacen sentir a los pacientes que sufren de desregulación emocional como incomprendidos en sus problemas por el terapeuta. Por otro lado, aquellas basadas en la aceptación, implicaban que los pacientes tuviesen una vida miserable y potenciaba la desesperanza. Es por ello que la terapia dialéctica conductual (DBT) alterna entre estrategias de cambio y estrategias de aceptación; dentro de estas últimas se encuentra la validación.

Uno de los grandes aportes de esta terapia fue sistematizar y desarrollar estrategias para lograrla. Pero ¿Qué es validar? Al validar algo, que puede ser un pensamiento, una conducta, una sensación o / y una emoción; comunicamos que aquello está fundamentado, es relevante, tiene un sentido, es correcto desde un punto de vista racional y acorde a la perspectiva o la eficacia, o que es suficientemente serio o fuerte como para atraer la atención o la aceptación. Puede sustentarse por la autoridad o bien por la verdad objetiva, si bien no son indispensables.

Validar implica encontrar la causa de la conducta y comunicarlo. Aun cuando no encontremos dicha causa, podemos proceder asumiendo que la misma existe. Por oposición, la invalidación implica malinterpretar, minimizar, ignorar algo de la experiencia interna de cada persona. La misma, aumenta la activación emocional y la sensación de pérdida de control, lo cual repercute en la colaboración del paciente y disminuye el aprendizaje de nueva información.

Algunas estrategias de validación implican:

  • Escucha activa y observación de la persona, sin interrumpir, sin juzgar y brindando toda la atención a aquello que sucede;
  • Comunicar comprensión, respecto de aquello que nos están comentando;
  • Expresar aquello que observamos pero que quizás el otro no nos ha dicho, en tono de pregunta;
  • Entender aquello que sucede por lo que ha sucedido en la historia de cada quien;
  • Entender también las circunstancias en función de lo que sucede actualmente.

Al validar, logramos que algo del malestar de la persona disminuya y permite la adecuada resolución de problemas. Por otro lado, fomenta que el paciente valide a su entorno al moldearlo con nuestra conducta y viceversa.

En la terapia de grupo de DBT así como también en los espacios individuales, se fomenta el aprendizaje, práctica y moldeamiento de la validación. Se señala de parte de profesionales y pacientes aquellas conductas que invalidan a los otros o a uno mismo. Así como también se enseña a discernir entre qué validar y que no.