¿Qué es el Mutismo Selectivo?

El mutismo selectivo es un trastorno caracterizado por un fracaso constante de hablar en situaciones específicas, como por ejemplo en la escuela o ante situaciones sociales, y poder hacerlo en otras situaciones ,como por ejemplo en el hogar.  Es de resaltar que el cuadro clínico causa un impacto altamente negativo en el funcionamiento social y escolar si no es tratado.

Se estima que el mutismo selectivo afecta aproximadamente al 1% de la población infantil, con tasas que varían de un 0.1% a un 2.2%, dependiendo de la muestra y de los criterios diagnósticos utilizados.

Como en varios trastornos mentales, se tiene como hipótesis la interacción entre factores genéticos, temperamentales y ambientales.

El rasgo de temperamento que con frecuencia se observa en este trastorno es la inhibición conductual, la cual es caracterizada por retraimiento, timidez y miedo a lo desconocido.

El DSM-5 (2013) detalla que, para establecer el diagnóstico, la ausencia específica del habla debe estar presente por lo menos durante un mes y no se puede ni se explica mejor por un trastorno de la comunicación o por la falta de conocimiento, o de la comodidad con el lenguaje hablado requerido para la situación social. Por otra parte, la ausencia de habla del niño debe interferir con el funcionamiento cotidiano: afectando el rendimiento en  la escuela o la situación social en general. El diagnóstico de mutismo selectivo debe incluir un diagnóstico diferencial para  descartar otros trastornos.

Es de considerar que la edad de aparición del trastorno mutismo selectivo suele oscilar entre los 2 y 4 años de edad pero a pesar de la prematura edad de inicio, los diagnósticos y tratamientos suelen comenzar junto con la escolarización del niño.

Algunas modificaciones

Uno de los cambios que aparecen en el DSM V (quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) es la inclusión del Mutismo Selectivo dentro de los Trastornos de Ansiedad, el cual anteriormente se encontraba en la sección de Trastornos con inicio habitual en la infancia, la niñez o la adolescencia.

 

¿Hay Mutismo Selectivo en la adolescencia?

Como se mencionaba anteriormente la edad en la que aparece este trastorno es temprana. Lo que sucede es que en muchos casos las consultas inician cuando empiezan la escuela. El retraso entre la edad de comienzo y la edad de diagnóstico y tratamiento, se debe a que el niño con mutismo selectivo habla en el hogar, por lo tanto los padres pueden no registrar esta falta de comunicación fuera de casa. También hay que considerar que los niños con conductas de retraimiento, suelen  pasar desapercibidos y no llamar la atención como si lo hacen aquellos que presentan trastornos más disruptivos como los trastornos de la conducta. Entonces puede ser que mantengan durante años  circuitos de evitación y ambientes acomodados a sus conductas, llegando a la adolescencia con cuadros de gran severidad y complejizandose debido a la comorbilidad.

Los niños con mutismo selectivo son más propensos a presentar síntomas de otros trastornos de ansiedad, particularmente del trastorno de ansiedad social. Las investigaciones realizadas han encontrado esta comorbilidad en alrededor de un 90% de los casos.

Según Child Mind Institute en el Informe  sobre Salud Mental en la Infancia (2018) en la infancia y la adolescencia, los trastornos de ansiedad son los más habituales. Es por eso que su reconocimiento clínico ha aumentado en los últimos diez años, manifestándose en un aumento de los diagnósticos de trastorno de ansiedad en jóvenes menores de 17 años, que han pasado del 3,5% a un 4,1% en la actualidad.

¿Qué se espera del Tratamiento?

Es necesario comenzar con el manejo de contingencias, utilizar refuerzos positivos y negativos, para aumentar la frecuencia del habla y para disminuir las experiencias de fracaso al intentar hablar.

Uno de los objetivos del tratamiento cognitivo conductual para tratar este trastorno se va centrar en bajar los niveles de ansiedad mientras se va alentar la comunicación e interacción. Para esto se van a plantean distintas etapas: disminuir la ansiedad, incrementar la comunicación no verbal, aumentar la interacción social y aumentar la comunicación verbal.

En estos casos será necesario pautar el recurso de la exposición gradual a situaciones temidas, donde se establecerá una graduación desde el nivel actual de funcionamiento del paciente para ir aumentando la exposición a situaciones ansiogenas y progresivamente conseguir una generalización lo más extensa posible.

¿Qué señales hay que tener en cuenta?

Es importante observar si el niño habla en casa, pero en la escuela o alrededor de personas consideradas extraños se vuelve completa o parcialmente no verbal. En contexto escolar tener en cuenta si presenta dificultad para hablar con sus compañeros de clase o si parece estar paralizado en situaciones sociales. También es necesario no perder de vista si usa gestos, expresiones faciales y movimientos de cabeza, en lugar de comunicarse verbalmente.  A su vez observar si está presente la incapacidad para hablar incluso con adultos conocidos (como los padres) en presencia de otras personas.

El mutismo selectivo es poco frecuente en la clínica, por lo tanto podría no reconocérselo de inmediato o confundirlo con algún otro trastorno como el trastorno del espectro autista, con un trastorno de la comunicación o un trastorno de ansiedad social. Es importante tener en cuenta que áreas de la vida del niño se ven afectadas y cuanto malestar le ocasiona. Para finalizar también es recomendable tener en cuenta que la prolongación en el tiempo de estados de elevada ansiedad genera grandes cambios en el entorno.

Lic. Maria Soledad Diaz

M.N: 63473  M.P: 85252