Vicente-Romero-Redondo

¿Que evitamos cuando evitamos?

Autora: Psic. Valeria Andolina

Como podemos hacerle frente al dolor y a las contingencias de la vida cotidiana sobre las cuales no tenemos el menor control?

La consecuencia de que algunas cosas no se puedan controlar en ocasiones resulta dificultoso por el impacto que se produce a nivel emocional, ya que muchas veces produce contenidos internos angustiosos; y si bien el sufrimiento es inherente al ser humano solemos evitar sentirlo.

La fusión cognitiva alimenta la evitación y hace mucho más difícil la aceptación de dichos contenidos internos, ya que, por ejemplo, si la ansiedad es ¨mala¨, supuestamente deberíamos deshacernos de ella. Pero de qué hablamos cuando hablamos de fusión? La fusión cognitiva consiste en mezclar los procesos verbal-cognitivos con la experiencia directa de manera que el individuo no puede diferenciar entre ambos, es decir, no poder diferenciar el contenido interno (mente) con el contenido externo que se desarrolla en el mundo externo, de la piel para afuera.

Cuando aparece un contenido negativo, la persona toma inmediatamente una decisión sobre la actitud que va a adoptar y muchas veces la decisión que la persona toma es al servicio del alivio automático, para dejar de sentir ese malestar que lo aqueja.

Algunas maneras de ¨sentirse mejor ¨ consisten en escapar, evitar o tratar de eliminar la vivencia interna negativa. El alivio inmediato asociado al escape de la emoción o de la relación aversiva es un reforzador tan potente que casi todos los seres humanos somos, hasta cierto punto ¨evitadores vivenciales¨ aun cuando los efectos a largo plazo sean nefastos. Entonces…Cuál sería el costo de la evitación?

La evitación

Posee 3 costos importantes:

Primero, al reducir el contacto con la manera en que el presente se conecta con nuestra historia, disminuye nuestra inteligencia vivencial achicando nuestro repertorio de respuesta, quedando en ocasiones reducido a evitar el malestar.

Permanecer en contacto con nuestra historia hace más sensatas nuestras acciones al crear un contexto que nos permite darnos cuenta de lo que está funcionando y lo que no.

El segundo costo de la evitación es que puede que ni siquiera seamos conscientes de que estamos evitando, lo que, a su vez, significa que no tenemos oportunidad de considerar si es eso lo que realmente deseamos hacer. Como resultado la vida se vuelve menos libre.

Por último, la evitación favorece los daños colaterales de la vida real porque impide la evolución de la conducta del sujeto hacia estructuras más positivas y de mayor valor. La evitación de sentimientos conduce a la evitación de acciones y situaciones particulares ya que si algo da miedo, por ejemplo, el sujeto está más pendiente en evitar el malestar que en hacerle un espacio a esa emoción. Como consecuencia deja de conectar con lo que aparece del otro lado del miedo alejándose muchas veces de lo que es valioso o importante para él.

Para poder acercarse a una vida basada en valores y de crecimiento personal se requiere ¨estar dispuesto¨ a realizar ciertas acciones (aunque a veces sean vivencias no deseables) para así poder acercarse cada vez más a la vida que queremos vivir.

Pero…por qué hay personas que logran hacerle un espacio a las emociones negativas y avanzar hacia una vida que merezca ser vivida?, la respuesta radica en la aceptación.

La aceptación como alternativa a la evitación

Aceptación tal como la entendemos, es la adopción voluntaria de una postura intencionadamente abierta, receptiva, flexible y exenta de juicios en relación al momento presente. La aceptación se apoya en la actitud de ¨estar dispuesto¨ a entrar en contacto con las vivencias internas negativas o con aquellas situaciones, acontecimientos o interacciones que tengan alguna probabilidad de desencadenarlas.
Significa abrazar las experiencias tal como son y en el momento, porque se elige hacerlo.

Aceptación no es una cuestión de ¨tener que¨. La falta de aceptación tiene consecuencias pero como no puede haber garantías, la aceptación requiere de una especie de salto, basado en valores, hacia lo que está presente en el momento en el que está presente. Sentir lo que uno está sintiendo no es un fin en sí mismo (esto es ¨revolcarse¨).

Lo que la vida les pide a los sujetos es que sientan, piensen, experimenten o recuerden aquello que surja en el proceso de vivir una vida significativa. Y eso requiere tanto disposición de conducta como habilidades de aceptación presentes como una elección basada en valores.

Entonces, si esta capacidad de reconocer y seguir una dirección basada en valores está deteriorada por la fusión verbal y la evitación vivencial, tenemos que ser muy conscientes que lo que evitamos cuando evitamos es justamente vivir una vida con sentido.

Quien elige una dirección hacia una vida más plena, lograra una lectura más estable de su brújula vital, incluso frente a adversidades personales penosas.

BIBLIOGRAFIA

  • Hayes, Steven; Kirk d. Strosahl; Kelly G. Wilson : Terapia de aceptación y compromiso, proceso y practica del cambio consciente (Mindfulness)

1 Comment

  1. Salvador Wolle

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