La cultura occidental impone ciertos estereotipos de belleza centrados en la delgadez que pueden predisponer al desarrollo de conductas patológicas características de los desórdenes alimentarios. A su vez, las personas que se identifican dentro de la diversidad de género y sexual están expuestas a contextos de mayor discriminación y violencia, lo cual se asocia a un mayor riesgo de malestar psicológico. Este artículo se propone realizar una revisión de la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) específicamente en la población LGBTIQ+.

Colectivo LGTBIQ+

 

La diversidad ha existido desde siempre, pudiendo visibilizarse con más fuerza desde los años 70 hasta el presente. En los años noventa se empieza a acuñar la sigla LGBT que fue evolucionando a LGBTIQ+  en la actualidad, para incluir a todos los colectivos que se refieren a la identidad de género y orientación sexual. El término está formado por las siglas de las palabras lesbiana gay bisexual transgénero transexual travesti ,  intersexual  y  queer , y el símbolo +  para incluir todos los  colectivos que no están representados en las siglas anteriores .

Manifestaciones comunes en los TCA

 

Los TCA son multideterminados y de presentaciones clínicas variadas. Algunos de los síntomas que suelen aparecer en los TCA son:

  • Sobre ingesta o atracones, es decir, comer “de más”; restricción alimentaria, es decir comer “de menos”.

  • Conductas compensatorias como vómitos, uso de laxantes, pastillas de adelgazar o diuréticos.

  • Ejercicio físico en exceso y/o obsesión con la alimentación.

  • Hipervigilancia y chequeos corporales; Evitacion sobre el cuerpo y la comida

  • Distorsión en la percepción corporal e insatisfacción corporal.

TCA y orientación sexual

 

Si bien la investigación científica en población LGBTIQ+ aún es escasa, en los últimos años se hicieron algunos estudios que reflejan la interacción entre la orientación no heterosexual y la presencia de síntomas de TCA.

  • En el año 2007 en la ciudad de Nueva York, Feldman y Meyer entrevistaron a 396 personas LGB y 128 heterosexuales para estudiar las diferencias en salud relacionadas con la orientación sexual. Encontraron que varones gays o bisexuales aparecieron 10 veces más síntomas de TCA que los heterosexuales . Además, los varones homosexuales y bisexuales tenían estimaciones de prevalencia de trastornos alimentarios significativamente más altas que los heterosexuales. No hubo diferencias en la prevalencia de los trastornos alimentarios entre mujeres lesbianas y bisexuales, y mujeres heterosexuales, o entre grupos de género o raciales. (Feldman y Meyer, 2007).

  • Respecto a las mujeres, la información es aún más limitada y contradictoria. Algunos estudios muestran que las mujeres lesbianas presentan menor insatisfacción corporal y desórdenes alimentarios que las mujeres heterosexuales (Gettelman y Thompson, 1993; Herzog y cols., 1992; Siever, 1994; Owens, Hughes, y Owens-Nicholson , 2003; Polimeni, Austin , y Kavanagh, 2009) , mientras que otros estudios muestran que la sintomatología en mujeres lesbianas es equivalente o mayor ( Austin y cols., 2009; Maloch, Bieschke, McAleavey, y Locke, 2013).

TCA y diversidad de genero

 

Los estudios que existen en las personas trans y no binarias son limitados, con algunas diferencias metodológicas y resultados contradictorios.

  • En un estudio llevado a cabo en 287 personas trans y no binarias en Nueva York, se encontró que el 28.9% presentaba síntomas de TCA. Los resultados sugieren que el desarrollo de la identidad de género y la transfobia internalizada son factores de riesgo asociados a los trastornos alimentarios (Uniacke y cols., 2021). Otro estudio llevado a cabo en el 2015 por Diemer y cols. en una muestra nacional de 289.024 estudiantes de EEUU, encontraron que adultos jóvenes transgénero y gays o bisexuales cisgénero presentaron tasas mayores de diagnóstico de TCA y conductas compensatorias como pastillas para adelgazar, vómitos y uso de laxantes, en comparación con personas heterosexuales y cisgénero (Diemer y cols., 2015).

  • En mujeres transgénero , existen muy pocos reportes. Se considera a la femineidad como factor de riesgo para TCA tanto en hombres como en mujeres, como manera de reducir o modificar la forma del cuerpo. El estudio de Castellanos y Hurtado (2020) apoya esta teoría, planteando una mayor atención a la estética en búsqueda del incremento de la femineidad en personas trans.

Insatisfacción corporal y contexto social

 

La cisnormatividad y la heternormatividad son dos sistemas de opresión del patriarcado que suponen la designación de dos géneros al nacer: mujer y varón, y el mandato de la heterosexualidad como único destino en la orientación sexual de las personas. La norma corporal es otro dispositivo de reproducción social que también oprime a las personas determinando que los cuerpos delgados son normales, privilegiándolos sobre otras corporalidades. Así es como vemos que el contexto social establece una doble opresión en las personas LGBTIQ+: por el género y por los cuerpos. La insatisfaccion corporal y las conductas alimentarias disfuncionalesaparecen como respuesta a estas presiones sociales que parecieran no poder alcanzarse sin un alto costo a la salud física y mental. En otros términos, se sufre más por no poder encajar en los estereotipos de género y belleza, lo cual impacta negativamente en la autoestima y actitudes hacia la alimentación.