Manifestación:

La pregunta que guiará este artículo es: ¿Influye la ansiedad en la respuesta sexual? y si es así ¿De qué manera?

Helen Kaplan (1929-1995) psicoterapeuta y sexóloga norteamericana planteaba que “en la base de toda problemática sexual hay ansiedad”, es decir, en la base de toda problemática sexual, a menos que se trate de algo puramente fisiológico, la ansiedad tendrá un rol preponderante en la etiología y el mantenimiento de dicha problemática.

La ansiedad es una emoción propia de los seres humanos. Está compuesta por componentes cognitivos, fisiológicos, conductuales y se puede disparar como respuesta a estímulos internos o externos.

Vamos a imaginar que estamos caminando por la calle y de pronto pasa por al lado nuestro alguien corriendo a toda velocidad. En ese momento lo más probable es que se active en nosotros una respuesta de ansiedad adaptativa: ansiedad que se activa al servicio de nuestra supervivencia. Probablemente comencemos a sentir que el corazón se acelera y dejemos de caminar por unos segundos para evaluar lo sucedido. Ahora bien, la pequeña trampa es que el cerebro no distingue si el estímulo que dispara la respuesta ansiosa es real o no; con lo cual puede activarse por nuestros pensamientos, en ciertos casos volverse disfuncional y mantenerse en el tiempo.

¿Qué hace que la ansiedad disfuncional se mantenga?

Comenzar a tener conductas evitativas y/o de reaseguro, en este caso en relación al encuentro sexual.

Efectos en la sexualidad:

Al respecto, David h. barlow planteó el siguiente modelo denominado respuesta ansiosa:

  • Ansiedad anticipatoria: previo al encuentro sexual se activa la respuesta ansiosa.
  • Percepción de falta de control ante la situación: se produce una sobreestimación de la amenaza y una subestimación de las capacidades de afrontamiento.
  • Autoobservación: centrándose en el propio cuerpo chequeando y examinando el desempeño.
  • Ansiedad asociada a cogniciones negativas: cogniciones relacionadas al desempeño sexual.
  • Pérdida de atención en lo erótico: todo lo antedicho culmina en una desconexión con el momento presente y las sensaciones de placer.

Un dato fundamental a tener en cuenta es que cuando se activa la respuesta ansiosa también se activa el sistema simpático. Ahora bien, para que se produzca la erección en personas con pene y la lubricación en personas con vulva los órganos genitales deben irrigarse de sangre y para que esto suceda debe activarse el sistema parasimpático; es decir, es fundamental poder estar relajados y conectados con el momento presente. De esta forma queda evidenciada la influencia de la ansiedad en las problematicas sexuales.

Tratamiento:

La terapia sexual es un conjunto de técnicas y estrategias centradas en resolver dificultades de índole sexual. En las primeras entrevistas se identifica la problemática junto con los factores determinantes de su aparición y mantenimiento. Se acuerdan objetivos terapéuticos y por medio de información y técnicas específicas se aborda la problemática. Al finalizar se evalúan los objetivos alcanzados y se comienza la fase de mantenimiento.

En cuanto al abordaje de la ansiedad-transversal a todas las dificultades sexuales- se realiza psicoeducación sobre la ansiedad en general y sobre la problemática en particular. A su vez se utilizan técnicas de reestructuración cognitiva, en pos de flexibilizar los pensamientos,  creencias y conductas que mantienen el cuadro y técnicas de mindfulness para que el consultante pueda conectar con el momento presente sin juzgar sus pensamientos y emociones.