Existen tres subtipos de TDAH: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo y subtipo combinado (inatento con hiperactividad/impulsividad). En este post te contamos algunas características del subtipo inatento, ya que suele pasar desapercibido en profesionales de la salud.

El subtipo inatento de TDAH se desarrolla durante la niñez. No obstante, debido a la ausencia de hiperactividad, el trastorno puede no reconocerse hasta la adolescencia o adultez, específicamente en niñas y mujeres. Las siguientes dificultades deben estar presentes en al menos dos áreas importantes de la vida (trabajo, escuela, o casa, relaciones interpersonales) y causar malestar clínicamente significativo.

Fallas en la atención. Incluso cuando se está haciendo el mayor esfuerzo para prestar atención, comete errores o no observa los detalles en el trabajo, en sus estudios y en las tareas domésticas. No lee detenidamente, aún cuando es necesario que así sea (exámenes, documentos importantes). Se le dificulta mantener la atención en conversaciones, tareas y actividades recreativas. Suele distraerse fácilmente con estímulos externos o pensamientos.

Fallas en la memoria a corto plazo. Olvida y extravía cosas frecuentemente, pierde tiempo buscando cosas, pregunta algo que se ha dicho unos segundos antes, olvida instrucciones en el trabajo o en la escuela/facultad/actividades recreativas. Pierde papeles importantes, guarda cosas en lugares inapropiados. Olvida citas o pone varias citas en el mismo horario. Tiene esquemas rígidos para no olvidar las cosas.

Fallas en la gestión del tiempo, suele demorar en realizar actividades (domésticas, laborales, académicas), por fallas en la planificación u organización. Suele llegar tarde, le cuesta estar listo a tiempo.

Tiene dificultades para organizar su casa, las tareas diarias y su salud (alimentación, cuidado personal, gestión de turnos médicos), debido a que son tareas que implican varios pasos (falla en la planificación), o porque no es consciente del tiempo (falla en la organización).

La comunicación suele verse alterada por las dificultades para prestar atención o por la falla en la organización del discurso. Olvida hacia dónde iba, reitera lo dicho, cambia a menudo de tema. suele estar ausente o distraído. Los demás deben repetirle las preguntas varias veces, o hablarle en voz alta o mirando a los ojos para que atienda.

Suele necesitar de otros para estructurarse, recordar cosas o llevar a cabo alguna tarea. Aunque posea una agenda, olvida estructurarla o le es difícil seguirla.

Con frecuencia evita realizar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (p. ej., tareas escolares o quehaceres domésticos; preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos). Puede presentar hiperfoco, en aquellas actividades que le son reforzantes (redes sociales, series, hobbies).

Como profesionales de la salud debemos efectuar un diagnóstico diferencial, para evaluar que esta sintomatología no se deba a otro diagnóstico o enfermedad médica. Seguidamente, debemos indagar la presencia de comorbilidad con trastornos de ansiedad y del estado del ánimo. La ansiedad puede aparecer debido a la carga mental que puede generar la sobrecompensación de conductas para evitar estas dificultades. También pueden presentar baja autoestima, y estado de ánimo deprimido, al sentir que se falla constantemente y/o porque los demás le marcan sus errores o le colocan etiquetas como: “vago/a”, “irresponsable”.

En las sesiones de psicoterapia las personas con TDAH pueden fallar en seguir instrucciones, puede parecer que no prestan atención, y a veces es difícil encauzar la conversación (sensación de que no se llega a ningún lado). Además, pueden olvidar las instrucciones de una tarea, llegar tarde, hacer varias cosas al mismo tiempo que se está en la sesión. Todo esto puede dificultar la adherencia al tratamiento, por lo tanto, es importante evaluar cómo se desenvuelve el/la consultante en su vida diaria, y ver si estas conductas le causan malestar o dificultad.

El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y de cuánto dificulten la vida cotidiana. Existen fármacos para tratar el TDAH y estrategias comportamentales para lograr la modificación conductual.

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