Abr 26, 2024 | Blog, Desarrollo personal | 9 comments

Sexualidad y mindfulness: cómo conectar con el deseo

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La sexualidad es parte de nuestra identidad. Nuestra identidad será construida por diversos factores, entre ellos, nuestra historia, la de nuestra familia, el contexto socio histórico en donde sucede mi vida, los valores que se me transmiten y los que terminan siendo mis valores. Y con ella, mi género, la expresión del mismo, mi orientación sexoafectiva, mis gustos, intereses y preferencias. Todo ello se irá construyendo según mis experiencias y aprendizajes. La identificación de cuáles son mis valores resulta fundamental, ya que ellos son los que juzgarán mis experiencias y aprendizajes. Así que la sexualidad tiene que ver con muchas cosas, pero hoy hablaremos de nuestra respuesta sexual.

La respuesta sexual humana puede dividirse en distintas fases, las cuales son independientes pero están interrelacionadas entre sí. Master y Jhonson, pioneros en las investigaciones y

teorías de la terapia sexual, en los años 50 establecieron sus fases de la siguiente manera: excitación, meseta, orgasmo y resolución.

En la fase de excitación, aumenta la tensión muscular y la frecuencia cardíaca. En las personas con pene, se erecta el mismo y en las personas con vulva se produce la lubricación. En la fase de meseta, estos cambios se van intensificando. En la fase del orgasmo, suceden contracciones musculares involuntarias, aumenta la presión arterial y las frecuencias cardíacas y respiratorias, con ello se produce una liberación de tensión. En la resolución, el cuerpo vuelve a sus niveles normales de frecuencia cardíaca, presión arterial, etc.

Un tiempo después, Helen Kaplan inserta la fase del deseo previo a la excitación y retira la fase de meseta. Define al deseo sexual como “un impulso que mueve a la persona a buscar una experiencia sexual o mostrarse receptivo a tenerla”.

El deseo puede ser provocado tanto por estímulos internos (factores biológicos o pensamientos) o por factores externos (ver una persona que te atrae u oler un perfume). Aunque también existen diversos factores que pueden afectar esta fase relacionados con el estrés, la ansiedad o depresión.
Y acá ya empezamos a ver por dónde viene la mano. Cuando hablamos de respuesta sexual, tendemos a enfocarnos en los genitales: una correcta estimulación del clítoris, erección del pene, lubricación de la vulva, que el punto G, el punto P. Hoy vamos a hablar de otro punto, el punto C: el cerebro, el órgano sexual más importante de todos.

El cerebro, el órgano sexual más importante de todos. Para llegar a despertarlo hay estímulos muy importantes: la cultura, el cortejo, el consentimiento, la comunicación, la creatividad y el tiempo (Gnecchi, 2021)

Puede ser que me re guste la persona con la que estoy y que la estimulación sea la adecuada, pero si en mi mente estoy preocupada pensando que es muy tarde y que mañana tengo que trabajar, que tengo que terminar de juntar plata para las vacaciones, en lo que me falta comprar para la cena de fin de año, que quizás no me siento cómoda con cómo se ve mi cuerpo en esta posición, entre otras tantas miles de cosas, es probable que me cueste conectar con el deseo. Y ni hablar de si estoy atravesando un duelo (de otra persona, de mí misma) o si viví una experiencia traumática.
La práctica de mindfulness, como conjunto de habilidades, es el proceso intencional de observar, describir y participar en la realidad, sin juzgar, haciendo una cosa a la vez y siendo efectivo. El mindfulness tiene sus raíces en la meditación Zen y ha demostrado su efectividad en la incorporación de distintos tratamientos asociados a la reducción del estrés, ansiedad, depresión, ira e irritabilidad, la incorporación de la atención plena en la alimentación también ha demostrado ser efectiva para el tratamiento de trastornos de la conducta alimentaria.
La incorporación del mindfulness a la vida cotidiana me dará herramientas para tomar el control de mi mente, para tomar el control de volver al momento presente. Muchas veces con nuestros pensamientos viajamos al pasado (lo que no hice, lo que me pasó) o al futuro (lo que tendré que hacer, para lo que me tengo que preparar). Tener en cuenta mis vivencias y para lo que me tengo que preparar es una herramienta de supervivencia, pero estando en estado de supervivencia me puedo olvidar de la vivencia, de vivir. Las prácticas de observar los pensamientos que pasan por mi mente y volver a conectar con el momento presente, de participar de la realidad no como espectadora sino desde un rol activo en esa actividad en la que me estoy sumergiendo me ayudarán a conectar con el deseo.
Las prácticas de mindfulness se pueden dividir en qué hacemos y cómo lo hacemos.

Lo que hacemos tiene que ver con observar, describir y participar. Poder observar pensamientos, mis sensaciones y ponerlo en palabras me dará información sobre cómo me siento en ese momento, notar qué estímulos me generan más placer que otros, sentirlos con mi cuerpo, mi mente, mi alma. Participar tiene que ver con sumergirme en la experiencia, este rol activo del que hablaba antes. Si el encuentro con la sexualidad, con el deseo, lo hago desde el piloto automático, o desde una “obligación”, me será muy difícil conectar con el mismo.

Hacer mindfulness de los cinco sentidos puede ayudarnos a conectar con el momento presente y lo que me genera deseo

• Vista: observar aspectos de la persona que me resulten agradables
• Tacto: tocar su piel, su pelo, mi piel, mi pelo;
• Oído: ¿qué sonidos me gustan?;
• Olfato: los distintos olores que son parte del encuentro sexual, ambientar el encuentro con algún aroma que me resulte agradable
• Gusto: prestarle atención a los distintos sabores, complementar con lubricantes saborizados

Con respecto a cómo lo haremos, lo haremos sin juzgar. Puede ser que tenga dudas sobre mi desempeño. Ok, super valido. No a todas las personas nos gustan las mismas cosas, la comunicación es clave. “Lo hago mal”, “lo hace mal”, “lo hace bien”, la práctica de sin juzgar tiene que ver con sacarle el peso moral de bien o mal, ¿qué es bien y qué es mal? ¿lo hace rápido y lo prefiero lento? La comunicación tanto con la otra persona como conmigo misma, aprender a conocerme, saber qué cosas me gustan y qué cosas no me darán indicios de por dónde es el camino de mi placer.

Una cosa a la vez, sí, tengo que comprar las cosas para cenar y mañana en el laburo tengo que hacer una presentación, vamos de a una: tomar el control, observar y dejar ir esos pensamientos a los que le daré lugar en un rato porque ahora este momento es para mi, hacer esto me ayudará a conectar con el momento presente y lo que me genera placer. Quizás me deje más tranquila dar un repaso a la presentación o hacer una lista de cosas que tengo que comprar previo a conectar con mi deseo.

Por último, todo esto lo haremos siendo efectivos. Es decir, ¿qué es lo que yo quiero en este momento? ¿Quiero conectar con mi deseo? ¿De qué forma? ¿Sola o con otra persona? ¿En qué momento del día? ¿Hay cosas que tenga que hacer primero para poder darle el tiempo, el lugar en mi día? ¿Estoy pasando por un momento difícil en mi vida e intentar conectar con el deseo desde lo sexual me genera frustración? ¿De qué otras formas puedo conectar con mi deseo? Estos son algunos interrogantes que nos pueden dar el pie para escuchar a nuestra mente, prestarle atención a nuestro cuerpo y comenzar el camino para conectar con el deseo.

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