Habitualmente la palabra felicidad se relaciona con una sensación de placer, alegría o satisfacción. Sin embargo, como ocurre con todos los sentimientos, este sentimiento no dura por mucho tiempo e ir detrás del mismo, contrariamente, suele darnos escasas satisfacciones.

ACT es un modelo de terapia psicológico, basado en evidencia y con tradición de investigación, presentada por Hayes, Wilson y Strosahl en 1999. Forma parte de las “Terapias Contextuales” (también llamadas de Tercera Generación).

Este modelo sostiene que las personas pueden aprender a aceptar sus eventos privados (emociones, sensaciones, pensamientos, sentimientos, recuerdos, imágenes, etc.) y decidir comprometerse con un cambio de conducta hacia una dirección que sea valiosa; la vida que ellos quisieran vivir.

Emplea el concepto de aceptación como la disposición a entrar en contacto con aquello que me genera malestar y el compromiso como la disposición a desarrollar acciones que estén al servicio de los valores que uno identifica como propios.

En lugar de intentar cambiar la forma o frecuencia en como se presenta la conducta, busca cambiar su función, desde una visión conductual (no solo lo observable es conducta, también lo son nuestros eventos privados) y contextual (conducta entendida como un acto en contexto).

¿Cuál es la función de la conducta problemática? ¿Qué obtiene la persona haciendo eso? ¿Para que lo hace? ¿Qué intenta evitar? ¿Qué intenta controlar?

Entiende el sufrimiento humano como parte de la vida, inherente a la condición humana, no como algo disfuncional que hay que reestructurar.

Sostiene que es la lucha (evitación experiencial) por eliminar el malestar y los sentimientos dolorosos es lo que hace que éstos se incrementen, alejando a la persona de aquello que es valioso para ella y que sí podría controlar.

Podemos preguntarnos ¿Qué pasaría si en vez de problematizar nuestra experiencia interna aprendemos a relacionarnos con ella de una manera diferente?

¿Qué implica entonces el trabajo terapéutico desde ACT?

Por un lado, facilitar a la persona que consulta la clarificación de valores (¿Qué o quién es importante para vos? ) y la acción comprometida para el cambio (¿Qué es lo que podes hacer para acercarte a lo que es importante para vos?)

Por otro lado, acompañarlo/as a que se defusionen de aquellos eventos privados (¿Qué aparece en tu mundo interno como obstáculo?) que limitan la realización de sus acciones valiosas (¿Qué es lo que haces para alejarte?)

ACT apunta a generar un patrón de mayor flexibilidad psicológica. La flexibilidad psicológica es «la capacidad de sentir y de pensar con apertura mental, de asistir voluntariamente a la experiencia del momento presente y de avanzar en las direcciones que son importantes para nosotros, al tiempo que forjamos hábitos que nos permiten vivir de un modo congruente con nuestros valores y aspiraciones» (Hayes, S.C., 2020).

Las personas inflexibles psicológicamente tienen menos recursos psicológicos para afrontar las situaciones estresantes o traumáticas. Nuestra tendencia a entenderlo todo racionalmente, nos lleva a plantear la vida como un problema a resolver, en lugar de tomarlo cómo un proceso que hay que transitar.

¿Es posible desarrollar flexibilidad psicológica? ACT propone un modelo de flexibilidad psicológica basado en seis habilidades, denominado HEXAFLEX :

* Defusión: dejar de asumir como ciertos todos y cada uno de los pensamientos que surgen en la mente. Tendemos a fusionarnos con los pensamientos por el anhelo o necesidad de coherencia y comprensión de todo lo que nos pasa.

* Yo como contexto: el desarrollo de una perspectiva del yo, o de la consciencia misma y la distinción entre lo que soy y lo que experimento. Notar al yo como diferente al contenido que alberga.

* Aceptación: desarrollo de la habilidad de estar con la experiencia (emociones, pensamientos y sensaciones físicas) en lugar de evitarla.

* Atención flexible al momento presente: ampliar la conciencia de lo que nos ocurre en cada momento, en lugar de estar atendiendo durante tanto tiempo al pasado o el futuro.

* Valores: identificar y elegir valores que hará posible el contacto con lo evitado previamente.

* Compromiso con la acción: actuar en dirección a los propios valores, en la dirección que uno elige, y dejar de actuar al servicio de evitar sentirnos mal.

Steven Hayes reflexiona sobre los efectos del lenguaje y propone, a través de la presentación de técnicas de de-fusión cognitiva, una nueva manera de relacionarnos con aquellos eventos privados que nos resultan dolorosos de experimentar. Veamos algunas,

* Trata a la mente como un objeto externo, algo así como “aquí esta mi mente preocupándose de nuevo”.

* Se amable con tu mente cada vez que se entrometa, después de todo esta haciendo aquello para lo que fue diseñada hace miles de años, resolver problemas y evitar peligros.

* Cuando te aferres a un pensamiento, obsérvalo un momento y pregúntate ¿al servicio de qué esta este pensamiento? Si no esta al servicio de tus intereses, podes elegir dejar de aferrarte a el.

Si podemos pensar la felicidad como “una vida rica, plena y llena de sentido”… experimentaremos una poderosa sensación de vitalidad” (Russ Harris, 2007)