¿Mito o realidad?
Aunque existe la creencia de que el TDAH es un trastorno propio de la infancia y la adolescencia, es necesario aclarar que en realidad se trata de un trastorno evolutivo que se mantiene en un alto porcentaje de los casos en la edad adulta. Por esa razón los síntomas varían a lo largo de las distintas etapas de la vida.
¿Como se manifiestan el TDAH en el adulto?
Al TDAH se le considera una condición invisible, frecuentemente es pasada por alto por quienes desconocen el problema. A las personas con TDAH se las ve distraídas, desatentas, olvidadizas y sin control de impulsos; muestran hiperactividad, memoria pobre, aburrimiento, bloqueos, dificultades para el manejo del tiempo, postergación o aplazamiento de sus actividades, dificultad para manejar proyectos a largo plazo, no se fijan en detalles, tienen malas habilidades sociales y dificultades interpersonales.
Quienes los rodean, y que no conocen el problema, perciben a la persona que lo padece como a veces ruda, con mala voluntad, pocos deseos de hacer caso, desobediente, mal educada, egoísta, irresponsable, vaga, con malos modales y con muchos otros atributos negativos de personalidad. Tienden a ser rechazados socialmente en muchas ocasiones por su comportamiento.
Estas conductas socialmente inapropiadas son el resultado de los síntomas del TDAH y crean retos especiales para los adultos en todos los ámbitos de la vida de la persona que los padece. Los problemas en las relaciones interpersonales ( pareja, familia, amigos) son frecuente , lo que produce sufrimiento y malestar tanto al entorno como al paciente impacta en la autoestima: Es frecuente también que se desarrollen trastornos de ansiedad y/o del estado de ánimo en un alto porcentaje.
¿Cómo se diagnostica el TDAH?
Los profesionales de la salud mental utilizan las pautas de la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico (DSM-5), para diagnosticar el TDAH. Este estándar de diagnóstico ayuda a garantizar que el diagnóstico y tratamiento de las personas con TDAH se realice de manera correcta. Aquí están los criterios en forma resumida:
Las personas con TDAH muestran un patrón persistente de falta de atención o hiperactividad/impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo:
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Falta de atención: seis o más síntomas de falta de atención para niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos. Los síntomas de falta de atención han estado presentes durante al menos 6 meses y son inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:
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A menudo no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores por descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras actividades.
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A menudo tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
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A menudo pareciera que no escucha cuando se le habla directamente.
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A menudo no cumple las instrucciones y no logra completar las actividades escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo (p. ej., pierde la concentración, se desvía).
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A menudo tiene problemas para organizar tareas y actividades.
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A menudo evita, le disgustan o se niega a hacer tareas que requieren realizar un esfuerzo mental durante un periodo prolongado (como las actividades o las tareas escolares).
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A menudo pierde cosas necesarias para las tareas y actividades (p. ej., materiales escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, papeles, anteojos, teléfonos celulares).
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A menudo se distrae con facilidad.
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A menudo se olvida de las cosas durante las actividades diarias.
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Hiperactividad e impulsividad: seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad para niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos. Los síntomas de hiperactividad/impulsividad han estado presentes durante al menos 6 meses al punto que son perjudiciales e inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:
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A menudo se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.
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A menudo deja su asiento en situaciones en las que se espera que se quede sentado.
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A menudo corre o trepa en situaciones en las que no es adecuado (en adolescentes o adultos puede limitarse a una sensación de inquietud).
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A menudo no puede jugar o participar en actividades recreativas de manera tranquila.
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A menudo se encuentra “en movimiento” y actúa como si “lo impulsara un motor”.
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A menudo habla de manera excesiva.
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A menudo suelta una respuesta antes de que se termine la pregunta.
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A menudo le cuesta esperar su turno.
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A menudo interrumpe a otros o se entromete (p. ej., se mete en conversaciones o juegos).
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Según los tipos de síntomas, pueden verse tres tipos (presentaciones) de TDAH:
– Presentación combinada: si se presentaron suficientes síntomas de ambos criterios, los de falta de atención y los de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos 6 meses.
– Presentación en la que predomina la falta de atención: si se presentaron suficientes síntomas de falta de atención, pero no hiperactividad/impulsividad, durante los últimos seis meses. .
-.Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: si se presentaron suficientes síntomas de hiperactividad/impulsividad, pero no de falta de atención, durante los últimos seis meses.
Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la presentación también puede cambiar con el tiempo. El TDAH se manifiesta como problemas para controlar impulsos, lo que no permite que los procesos psicológicos llamados “funciones ejecutivas” puedan operar eficientemente. Estas funciones empiezan a desarrollarse a partir del primer año de vida y continúan haciéndolo hasta la adolescencia
¿Qué son las funciones ejecutivas?
Las funciones ejecutivas son actividades mentales que son necesarias para planificar, tomar decisiones que ayudan a controlar, dirigir, organizar, guiar, revisar, regular y evaluar de manera flexible el comportamiento necesario para alcanzar metas y tener una buena adaptación al ambiente. Estas funciones empiezan a desarrollarse a partir del primer año de vida y continúan haciéndolo hasta la adolescencia.
Por ejemplo, cuando una persona necesita realizar un trabajo o una actividad las tareas del funcionamiento ejecutivo implicadas deberán dividir el trabajo en partes más manejables. Realizar un plan de trabajo para ir completando esas partes a tiempo e ir verificando el desempeño a lo largo del semestre. La persona con TDAH no puede hacerlo.
Las pronunciadas y persistentes dificultades que experimentan las personas con TDAH en auto-movilización, organización, gestión del tiempo y esfuerzo sostenido en última instancia interfiere con el logro de metas educativas, ocupacionales y personales a largo plazo.
El rendimiento insuficiente e ineficacia a lo largo de los años, comenzando en la infancia y persistiendo a través de etapas críticas de desarrollo hasta la edad adulta, contribuyen a sentimientos de insuficiencia.
En ocasiones se sienten avergonzados, sienten que han fallado y son reacios para completar sus proyectos. La creencia subyacente típica aquí es «Si no es perfecto, entonces no sirve para nada, y he fallado». Como resultado de este pensamiento, los pacientes pueden evitar o posponer las tareas porque se percibe que implican desafíos insuperables (procrastinación)
Estas emociones negativas constituyen obstáculos adicionales para una autogestión eficaz y deben abordarse en el tratamiento.
¿Cómo podemos ayudar los adultos con TDAH?
El diagnostico eficaz es esencial para poder encarar el tratamiento adecuado. Dado a que suelen presentar comorbilidades y que los profesionales de la salud no siempre están formados acerca de esta condición neurobiologica, estas personas han recibido distintos diagnosticos diferentes a lo largo de la vida y tratamientos no eficaces.
La intervención adecuada contempla el tratamiento combinado y multidisciplinario, adecuado al perfil del paciente, que incluya:
– Terapia Cognitivo-Conductual
– Farmacoterapia especifica administrada por psiquiatra especializado
– Psicoeducación al paciente y su familia
– Estrategias de mejora en el funcionamiento cognitivo/ ocupacional
– Entrenamiento en habilidades sociales.
– Mindfulness: meditación, atención plena.
Este abordaje multidisciplinado propicia una mejor calidad de vida integral en los diversos ámbitos de funcionamiento del paciente en lo personal, social y ocupacional.