Para poder comprender el concepto de compasión hacia uno mismo comencemos por entender qué es la compasión. La compasión implica reconocer el sufrimiento de los demás, significa sentir bondad hacia los que sufren, y así surge el deseo de ayudar (de aliviar el sufrimiento). Por último, compasión significa reconocer que el ser humano es imperfecto y frágil.

¿Qué es la compasión hacia uno mismo?

La compasión hacia uno mismo requiere que tomemos conciencia del propio sufrimiento , no podemos conmovernos ante nuestro propio dolor si no empezamos por reconocer que existe. Por supuesto, a veces resulta evidente que estamos sufriendo y no podemos pensar en nada más. Sin embargo, es bastante común, que no reconozcamos nuestro propio dolor.

¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos?

La cultura occidental nos enseña a permanecer insensibles ante la realidad. Aprendemos que no debemos quejarnos ante las adversidades, que tenemos que seguir adelante, debemos ser fuertes, “tenés que estar bien”, si nos encontramos en una situación estresante o difícil, rara vez nos tomamos la molestia de parar y reconocer lo difíciles que están las cosas para nosotros en ese momento, esto genera una desconexión con lo que nos pasa, con lo que sentimos.

Vivimos en una sociedad competitiva, sentirse bien con uno mismo parece algo muy fugaz, sobre todo porque necesitamos creernos «especiales y por encima de la media» para tener una autoestima alta, sino significa fracaso. La mayor parte de nuestros pensamientos autocríticos adoptan la forma de un monólogo interior, emitiendo comentarios y valoraciones sobre nosotros mismos y nuestro desempeño, nos hablamos de un modo especialmente duro y cruel: «eso que dijiste es una estupidez», «sos una perdedora» , “Que mal te ves, nada te queda bien”.

La compasión, nos protege de la autocrítica. Se trata de tomar una actitud diferente dejar de juzgarnos y evaluarnos . Dejar de autoetiquetarnos como «buenos» o «malos» y aceptarnos con generosidad. Tratarnos con la misma amabilidad, cariño y compasión que mostraríamos hacia un buen amigo.

Es importante no caer en el error de pensar a la compasión hacia uno mismo como equivalente a sentir pena por uno mismo, ya que justamente se trata de lo opuesto. La compasión hacia uno mismo consiste en desear salud y bienestar, conduce a un comportamiento proactivo (en lugar de pasivo) para mejorar la situación personal.

¿Qué patrones de conducta familiar hace que seamos más autocríticos y menos autocompasivos?

Hay ciertos patrones de conducta familiar que pueden incrementar que seamos más autocríticos.

El grupo social más importante para la supervivencia es la familia directa. Los niños creen instintivamente en que sus padres interpretarán el significado de las cosas, en que les ayudarán con los nuevos retos que les asustan y en que les mantendrán a salvo de los peligros. Cuando las madres o los padres recurren a las críticas duras como método para que sus hijos hagan caso (“No hagas tonterías”, “te atropellará un coche”) o para mejorar su comportamiento (“Nunca vas a llegar a la universidad si seguís con esas notas bajas ”), los niños asumen que las críticas son una herramienta motivadora útil y necesaria , y construyen vínculos inseguros. Las personas con vínculos inseguros tienen menos compasión por sí mismas que las que crean vínculos seguros.

¿Cuáles son los elementos de la compasión?

La compasión hacia uno mismo abarca tres elementos fundamentales. El primero es la bondad hacia uno mismo , que implica ser amable y comprensivo con uno mismo en el lugar de crítico. Requiere que entendamos nuestros puntos débiles y nuestros fracasos en lugar de condenarlos . Además consiste en consolarnos activamente, respondiendo tal como lo haríamos ante un buen amigo con dificultades.

En segundo lugar, es necesario que reconozcamos nuestra humanidad en común, sentirnos conectados con los demás en la experiencia de vivir y no aislados y alienados por el sufrimiento.

Este segundo elemento  tiene que ver con las relaciones, literalmente compasión significa «sufrir con», lo que implica una reciprocidad básica en la experiencia del sufrimiento. El sentimiento de compasión surge del reconocimiento de que la experiencia humana es imperfecta. El dolor que siento en momentos de dificultad es el mismo que tú sientes cuando las cosas no te van bien.

El tercer elemento clave de la compasión hacia uno mismo es la atención plena o mindfulness. Este concepto hace referencia a la visión clara y la aceptación sin críticas de lo que ocurre en el momento presente. En otras palabras, afrontar la realidad. Para darnos compasión a nosotros mismos tenemos que empezar por reconocer que estamos sufriendo. No podemos curar lo que no sentimos.

El sufrimiento emocional se debe al deseo de que las cosas sean distintas a como son. Cuanto más nos resistimos a lo que ocurre en el momento presente, más sufrimos.

El mindfulness nos permite dejar de resistirnos a la realidad porque acepta sin críticas toda la experiencia desde la conciencia. Nos permite aceptar el hecho de que está ocurriendo algo desagradable, aunque no nos guste. Al relacionarnos de manera consciente con nuestras emociones difíciles, estas siguen su curso natural y acaban desapareciendo. El dolor es inevitable; el sufrimiento es opcional.

Referencias:

Kelly G. Wilson, M Carmen Luciano Soriano (2002). Terapia de aceptación y compromiso (ACT). Ediciones Pirámide

Kristin Neff. (2011). Sé amable contigo mismo, El arte de la compasión hacia uno mismo. Divulgación Paidós

Jon Kabat-Zinn (1994). Mindfulness en la vida cotidiana, Paidós